Mi querido Estado Bolívar, el mejor estado de Venezuela a mi parecer, nos ofrece infinidad de majestuosidades que uno ojalá pueda llegar a conocerlas por completo, porque descubrimos nuevas a cada momento, por ejemplo, se acaban de encontrar unas nuevas cuevas en el Auyantepui, las más grandes de cuarcita del mundo.
Entre tantos ríos de Bolívar, esta vez vamos a enfocar nuestra atención en el Gran Río Caura, que posee 723 km de longitud hasta que finalmente llega al conocido Río Orinoco.
Inmerso dentro del magnífico Caura se encuentra el majestuoso Salto Pará, que se encuentra a 257 km del Orinoco, o si lo prefieren a 195 kms del pueblo de Maripa, el cual será nuestro punto de abordaje al Caura en esta expedición.
Inmerso dentro del magnífico Caura se encuentra el majestuoso Salto Pará, que se encuentra a 257 km del Orinoco, o si lo prefieren a 195 kms del pueblo de Maripa, el cual será nuestro punto de abordaje al Caura en esta expedición.
Su nombre en dialecto indígena significa Murciélago. Uno río lleno de magia, esplendoroso y de gran potencial. Los misioneros llegaron en el siglo XIX, posteriormente se instalaron los criollos y extranjeros al conocerse los grandes potenciales naturales para la explotación de la sarrapia, el caucho, el balatá y la madera, recursos que tenían una alta demanda a nivel internacional.
Tres serpentinas de agua, el Caura, el Orinoco y el Aro surcan el municipio Sucre, que lo convierten en un potencial agropecuario de gran importancia, convertido hoy en el principal productor de ñame del país, además de maíz, otros cereales, piña y cambures, sin faltar la sarrapia, que todavía tiene una alta demanda a nivel nacional e internacional. Moitaco, Managua, el Almacén y Aripao son poblaciones que también tienen gran potencial económico y turístico.
Estos saltos alineados en forma de herradura, de aproximadamente 60 m de altura, vierten estruendosamente toneladas de agua, entre islas verdes de árboles, levantando una densa bruma; hacia un cañón de 7 km de largo con innumerables cascadas y rápidos. Más abajo las aguas se apaciguan el río se ensancha formando un inmenso banco de arena, llamado El Playón.
En este viaje me enteré que los Sanemá son una etnia Yanomami, les dicen los Yanomami del norte. Son más pequeños que los Pemones, por ejemplo, y parecen unos burros de carga por la capacidad que tienen de transportar peso. Nunca me hubiera imaginado que tendría este contacto con familiares muy cercanos de los Yanomami, sin embargo; aún tengo pendiente visitar a los "originales".
Por El hijo del gobernador del estado Bolívar