martes, 12 de abril de 2016

La vida de Manuel Carlos Piar fue una gesta histórica (Parte 2)

José Tomás Boves fue el único enemigo que pudo igualar en el campo de batalla al General Manuel Piar, hecho ocurrido en octubre de 1814 en el sitio de El Salado. Aparte de este único caso, de las más de dos docenas de acciones de guerra de la que formó parte, en todas salió como vencedor, lo que le dio fama de invencible entre los hombres del ejército nacional, esto hace más dolorosos los hechos acaecidos y que dieron lugar a su muerte, pasado por las armas de un pelotón de fusilamiento.

La muerte de Piar es uno de los hechos más sombríos de los anales nacionales (Foto: iconosdevenezuela.com)

Los cargos que se le imputaron al célebre liberador de Guayana son más que conocidos por los libros de historia, aquellos de insubordinación, deserción, sedición y conspiración que pesaron contra el patriota y le llevaron a perder la vida en tan denigrantes condiciones. Algunos críticos acusan, sin embargo, otras razones para la muerte de Piar, entre ellas la desigualdad racial de este, reconocido como pardo por sus contemporáneos, los logros obtenidos en batalla y sus desacuerdos con el Libertador.

Manuel Piar fue uno de los genios militares más importantes de la historia venezolana (Foto: afrocubaweb.com)
Los historiadores en su mayoría coinciden en que sus orígenes fueron puestos en duda gran cantidad de veces para con ellos desmerecer la lucha que mantuvo por los pardos, implicando que el general Piar era de ascendencia real portuguesa, incluso llegando a plantar evidencia falsa de esto, como fórmula para quebrantar el amor y obediencia ciegas que sus hombres tenían en él.

Fernando Galindo, su amigo y defensor en el proceso, logró se desestimaran los cargos de insubordinación y deserción que le permitieron recobrar algo de su dignidad como servidor de la patria, pero no le salvaron de su doloroso final.

Su genio y figura siempre serán recordados (Foto: desderubio.com)
Bolívar mismo se mostró compungido y dolido al momento de presidir el acto, soltando la frase que quedará para la posteridad "¡Dios mío!, ¿qué he hecho? ¡He derramado mi propia sangre!”. Pues al final, este hecho es considerado uno de los grandes errores y manchas en la brillante trayectoria del Libertador.

Angostura fue el escenario, frente a los hombres que pronto tomarían su vida aquel 16 de octubre de 1817, y con el grito a voz en cuello de “¡Viva la Patria!”, Venezuela perdía a uno de sus genios militares más importantes.