viernes, 29 de julio de 2016

El hijo del gobernador del estado Bolivar: Próximo destino, el balneario de Orocopiche

Situado muy cerca de Ciudad Bolívar, el balneario de Orocopiche, se ha convertido en una de las alternativas más buscadas por los citadinos que quieren alejarse y disfrutar.


El hijo del gobernador del estado Bolivar
Orocopiche es un lugar para comulgar con la naturaleza

Guayana es grande e inmensa, hermosa y fascinante, pero también es entretenida, brindando a los visitantes propios y extraños una gran cantidad de actividades que se caracterizan por satisfacer todos los gustos, desde la necesidad de relajarse, hasta la más fuerte adicción a la adrenalina. En el caso de los balnearios, favoritos de aquellos que buscan pasar momentos de esparcimiento con la familia, existe una gran variedad de opciones, de acuerdo a su ubicación y tipo de público que atraen.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Los balnearios son una alternativa a la rutina de la ciudad
(Foto: alcaldiadeheres)
El balneario de Orocopiche, por ejemplo, ubicado a pocos kilómetros de Ciudad Bolívar, capital del estado, se presenta como un lugar perfecto para pasarla bien de manera económica y relajada.  Las aguas cristalinas que corren por el cauce del río que lleva su mismo nombre dan la bienvenida a los visitantes, repletas de peces de colores que hacen las delicias de los bañistas, que pueden confundirse con el ecosistema sin dañarlo como lo hicieron nuestros antepasados.

Se ofrecen facilidades para que los turistas cocinen, descansen y se diviertan practicando deportes y juegos a orillas del río, siempre manteniendo el área limpia y cuidada, para que pueda dar la misma alegría a las próximas generaciones. Otro elemento que atrae a quien se acerca a esta área es la sensación de seguridad y cuidado que se respira en el lugar, tan importante para todo aquel que se aleja de casa buscando nuevas experiencias, muchos en ciudades y países desconocidos.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Vista de Orocopiche
(Foto: tripmondo.com)
Los ríos Marcela y Orocopiche se encuentran en su nacimiento dando como resultado uno de los circuitos de fin de semana más visitados por los locales, en una franja de casi 90 kilómetros fluviales, llenos de vegetación, especies propias de este lugar y fauna autóctona que impresiona por su belleza y variedad. Esta zona es visitada mayormente, en asuetos como los de carnavales, Semana Santa y las vacaciones escolares de agosto.

La historia de este lugar es también muy rica y atractiva para quienes gustan de hojear las vivencias y aventuras de los sitios que visitan, desde su puesta a cargo de los franciscanos observantes misioneros del Orinoco, hasta la creación del puente sobre el río en 1941, y desde la formación de su suelo milenario, hasta la cruenta batalla que lleva el nombre de la localidad, acaecida en 1892.

jueves, 21 de julio de 2016

La Gran Sabana ruge en el Salto Aponwao

El Salto Aponwao es el de más fácil acceso entre las caídas de agua de Canaima, sin embargo su belleza e imponente aspecto complacen al turista más exigente.


El hijo del gobernador del estado Bolivar
La mágica visión del Aponwao es de las más hermosas de Gran Sabana


Bolívar es uno de los estados con más riquezas naturales no solo del país, sino una de las regiones más ricas en este aspecto del planeta, y son estas mismas potencialidades las que invitan a turistas de todo el mundo a querer apreciarlas por sus propios ojos, desde los impresionantes tepuyes y fauna autóctona, hasta los pueblos originarios y las maravillosas caídas de agua que quitan el aliento, entre estas últimas, ocupa un puesto de honor, el ya famoso Salto Aponwao.

Chinak Merú, como se le conoce en lengua pemón (chinak = liana o bejuco y merú = salto o caída de agua), se encuentra ubicado en los impresionantes paisajes del Parque Nacional Canaima, en el municipio Gran Sabana, del Estado Bolívar. Esta cascada es una de las más accesibles en la región y de las más hermosas de todo el territorio nacional, ya que su altura de casi 108 metros, produce efectos con la luz que son dignos de experimentarse en primera persona.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Letrero de ubicación en medio de la inmensidad de Canaima
Alimentada por el río Aponwao, el estruendo que produce es reconocible incluso antes de llegar; impresionan su altura que es mucho mayor de lo que el número parece implicar, y la espesa cortina de agua que decora el verdor de los alrededores. Los visitantes suelen arribar en vehículos de doble tracción, los cuales son recomendables especialmente en temporada de lluvias, y a pesar que algunos aventureros han logrado llegar en automóviles de ciudad, el viaje se tarda más y es más incómodo.

Iboriwo (Liwö-Riwö) es un campamento indígena que recibe cordialmente a los visitantes, en sus adyacencias hay facilidades para el camping, preparar comidas y un río perfecto para bañarse y quitarse la pesadez de las horas de manejo, también es el último lugar habitado antes de emprender la vía hacia el Aponwao, donde se recomienda a los turistas apertrecharse de las provisiones y la gasolina que necesitarán durante el paseo.

El Instituto Nacional de Parques (Inparques) mantiene una lista de recomendaciones específicas sobre qué hacer y que no, durante la visita, esto incluye:
  • El evitar las bebidas alcohólicas.
  • No conducir fuera de las vías establecidas.
  • No dejar desperdicios en los lugares, ni escribir en los árboles o rocas.
  • Usar botas antiresbalantes.
  • Llevar agua potable y comida ligera.
  • Usar protector solar.
  • No puede faltar la cámara fotográfica.

lunes, 18 de julio de 2016

El hijo del gobernador del estado Bolivar: Subiendo hasta llegar al Fortín El Zamuro

Un pequeño fuerte ubicado al sur del casco histórico de Ciudad Bolívar encierra los detalles de una de las batallas más sangrientas de la historia moderna del país.


El hijo del gobernador del estado Bolivar
El Zamuro es mudo testigo de la historia contemporánea de Venezuela


Bolívar como estado presenta lugares únicos, no solo por su belleza o significado para la población local, sino por su carga de historia y tradición que marcan a fuego las páginas de los archivos del país. Algunos de ellos, son reconocidos por la mayoría y son de los primeros sitios en ser visitados por las hordas de turistas nacionales e internacionales que se acercan hasta el estado más grande de Venezuela, pero otros, como el Fortín El Zamuro, son menos conocidos, pero no por eso menos dignos de la visita.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
En vía a El Zamuro
Esta construcción data de finales del siglo XIX y fue levantada con la intención de cuidar las espaldas de Ciudad Bolívar, por lo que se le ubicó en el cerro más alto de la ciudad, llamado El Zamuro, y localizado entre enormes lajas que le brindan protección total, desde el tope de los torreones, hasta la misma escalinata flanqueada por dos enormes rocas que cuidan el paso, se sube desde el Paseo Meneses y el entrar a esta mini fortaleza, se descubre una de las locaciones menos pensadas de la ciudad.

Juan Vicente Gómez, vice presidente de la república para el año 1902, selló en este lugar el final de la llamada Guerra Libertadora con la que se llegó a conocer como la “Batalla de Ciudad Bolívar”, triunfando este, con sus 2000 hombres y cuatro barcos desde el río sobre la resistencia al mando de la cual se encontraban Nicolás Rolando y Ramón Cecilio Farreras. Este enfrentamiento definió la historia moderna de Venezuela, ya que finalizó con este conflicto y eliminó este escollo para el presidente Cipriano Castro.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Vista desde los torreones del pequeño fuerte

El general Alberto Ramírez tuvo bajo su mando la restauración de la estructura como puesto militar, puesto que luego de las refriegas había quedado en muy mal estado, después de las considerables reparaciones hechas, que se completaron el 20 de octubre de 1913, el fortín permaneció al servicio del ejercito por otras casi cuatro décadas, hasta 1950.

La Corporación Venezolana de Guayana (CVG) tomó cartas en este asunto en 1980 y convirtió el enclave en un museo que se mantiene abierto hasta el día de hoy, completamente a disposición de quienes deseen aprender más sobre uno de los lugares menos conocidos, pero más importantes de la historia contemporánea de la nación.

lunes, 11 de julio de 2016

Francisco Rangel Escobar: Apure, turismo de aventura, ecológico e intelectual



Apure ofrece una excelente oportunidad para realizar turismo de aventura en diferentes paisajes, con clima cálido, inmensas llanuras, fauna variada y unos habitantes con permanente alegría, cantos y bailes. 
Rafting. Vía MINTUR.
 El estado Apure se caracteriza por ser una inmensa llanura surcada por caudalosos ríos, siendo el de su mismo nombre el segundo río más importante de Venezuela; por este motivo, quienes practican el deporte acuático rafting suelen visitarlo con frecuencia, porque navegar en sus aguas es un verdadero desafío para quienes practican este tipo de deportes, ya sea en curiaras o kayak y poder cabalgar las olas que se forman con la fuerza del agua al conducirse por sus cauces.

También es un estado rico en bosques, médanos y morichales, lo que permite realizar actividades propias del Turismo Ecológico por la variedad de flora y fauna que presenta, en especial aves de variadas especies; además, estas locaciones con sus peculiaridades, invitan a la práctica de la fotografía, por la inmensidad del espectáculo visual que se forma con son sus amaneceres y atardeceres.

Puente Marisela, personaje de Doña Bárbara, sobre el río Arauco. Foto de César Pérez Silva
 
En 1929, el escritor Rómulo Gallegos publica su novela Doña Bárbara, una de las más importantes de la literatura venezolana. Cuenta la historia que se inspiró en estas tierras y con sus letras describe las costumbres, cultura y paisajes de esta zona, desde la población de Biruaca hasta más allá de los Médanos de la Soledad; es por esto, que así se denomina la Ruta de Gallegos, lo que él plasmó en su famosa novela. Estos son unos de los sitios más atesorados por los turistas que se interesan por la historia y la literatura, para constatar lo que describe este insigne escritor.

El llanero es persona franca, trabajador y muy alegre y no es raro escuchar en las noches, la música del joropo ejecutado con arpa, cuatro, bandola y maracas, los canciones tan especiales que cuentan historias, las risas contagiosas y el compartir una comida, que siempre alcanza para todos.

 Así es la vida en el llano, tranquila, serena, pero también puede tener aventura.

sábado, 9 de julio de 2016

El hijo del gobernador del estado Bolivar: El paloapique en la comida guayanesa

La receta del paloapique viaja desde los llanos colombianos y venezolanos, hasta establecerse en la región de Guayana, donde adquiere un sabor único y tradicional.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Este plato típico consigue en Guayana una identidad propia
(Foto: cocinayrecetasdevenezuela)

Arroz y frijoles son los pilares de una de las delicias culinarias más típicas de Venezuela, y que aunque no sea tan famosa como el pabellón o las hallacas, si representa una gran cantidad de costumbre gastronómica e historia de la mesa llanera y guayanesa, se trata del conocido paloapique, que ha agraciado la mesa de estas regiones desde hace muchísimo tiempo y que aún se mantiene entre los favoritos de los comensales criollos, gracias a su sabor, técnica y tradición.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
Ingredientes para preparar el paloapique
 (Foto: cocinayrecetasdevenezuela)
Los llanos que unen a Venezuela y Colombia, comparten el acta de nacimiento de esta confección, y la ruta que sigue lleva al investigador por todo el cauce del Río Padre, hasta asentarse en el estado Bolívar; es allí donde gracias al bien hacer de las manos de la región, en lugares como Caicara del Orinoco o la misma Ciudad Bolívar, es impensable una reunión familiar, fiesta patronal o del vecindario, sin una buena ración de este manjar.

El paloapique está basado en la mezcla entre los frijoles, que pueden ser bayos o pintados, preparados en un guiso muy bien sazonado y al cual se acostumbra agregarle chicharrón o en su lugar tocineta o recortes de cerdo para aumentar el “gusto” de los mismos. A este se le suma el arroz, que puede ser preparado por su lado, o dentro del guiso de los frijoles, creando un solo potaje muy suculento y llenador, a este se le complementa con la carne y algunas verduras locales.

La carne, proteína animal principal de la receta, es el llamado tasajo o cecina de res, conseguido al filetear la pieza sumamente fino, para luego salarla y secarla al sol, consiguiendo tonalidades muy propias, y para muchos un sabor irrepetible; por eso es que cuando algún cocinero ha intentado cambiar este elemento por carne fresca, suele decirse que “sabe muy bien, pero no es paloapique”. Cerrando el emplatado, no pueden faltar las tajadas de plátano o topocho verde y quizá una arepa fresca del budare.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
El paloapique se basa en la unión del arroz y los frijoles
(Foto: venezuelatuya)

En Guayana este plato adquiere su propia identidad al sumársele auyama, batata, yuca y/o ñame, productos sacados de la huerta cercana y que lo convierten en una exquisitez del patio y una representación típica de los fogones bolivarenses.

viernes, 1 de julio de 2016

La eterna búsqueda de El Dorado

Son muchos los volúmenes escritos en torno a la famosa ciudad de oro de El Dorado, muchos los que la persiguieron y muchos más los que murieron por ella.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
La ciudad pérdida de El Dorado quitó el sueño a los conquistadores
(Foto: fabricaviral)

Guayana y sus riquezas no son secreto para nadie, ni para aquellos que buscan en su superficie y subsuelo el hacerse de riquezas, ni para los conquistadores españoles que anhelaban los tesoros escondidos en la espesa selva que solo los indígenas conocían. Estos, y solo con la supervivencia como motivo, llenaron la cabeza y los deseos de los recién llegados con historias de una ciudad hecha de oro puro, que ofrecía sus bondades al que la encontrara, así nació la leyenda de El Dorado.

Luego que Francisco Pizarro conquistara y saqueara el Imperio Inca en 1530, exploradores y aventureros de toda Europa acudieron en tropel al nuevo mundo, esperando ser parte de la próxima expedición que se diera a la tarea de encontrar,  dominar y robar el próximo gran imperio americano; muchos murieron en el intento, otros cansados  y hartos de vagar y sufrir las inclemencias de la nueva tierra, intentaron tomarla contra los indígenas quienes para salvarse crearon nuevas leyendas.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
En algunos mapas incluso aparecía la ubicación de este fantástico lugar
El Dorado, como toda leyenda, cuenta con un pequeño punto de verdad, de hecho varios puntos que se reunieron para crear un mito más grande y atractivo. Las cantidades de aquel metal amarillo brillante que los nativos sacaban del río en la cuenca del Orinoco y la promesa de mucho más, se unieron a la historia del Rey Dorado, o el Indio Dorado nacido en Colombia, y alimentada por la decepción que sufrieron los españoles al llegar al Lago Guatavitá, les llevaron a continuar la búsqueda.

El hijo del gobernador del estado Bolivar
El oro extraído fue combustible para los sueños de los europeos
(Foto: agropetroleros)
Lope de Aguirre fue uno de los españoles más reconocidos que emprendieron la expedición, invitado por Pedro de Ursúa, pronto se hizo cargo del grupo asesinando a quienes se oponían a él (incluyendo a Ursúa) y se declaró independiente de España atacando campamentos de sus ex compatriotas.

Alemanes como Ambrosius EhingerGeorg HohemutNicolaus Federmann y Phillipp von Hutten se avocaron a su persecución luego de que la familia del banquero Welser tomara posesión de una buena parte del territorio nacional en 1528, lo que continuó el desesperado deseo europeo por extender una empresa que estaba condenada de antemano.

Sir Walter Raleigh y su hijo también hicieron el intento, sin embargo nada consiguieron, puesto que la ficticia localidad continuaba cambiando de ubicación. La leyenda vive hasta hoy en el abuso y explotación de las tierras, así como en el maltrato que los indígenas sufrieron en la búsqueda por la ciudad de oro.