Situado muy cerca de Ciudad Bolívar, el balneario de Orocopiche, se ha convertido en una de las alternativas más buscadas por los citadinos que quieren alejarse y disfrutar.
Orocopiche es un lugar para comulgar con la naturaleza |
Guayana es grande e inmensa, hermosa y fascinante, pero también es entretenida, brindando a los visitantes propios y extraños una gran cantidad de actividades que se caracterizan por satisfacer todos los gustos, desde la necesidad de relajarse, hasta la más fuerte adicción a la adrenalina. En el caso de los balnearios, favoritos de aquellos que buscan pasar momentos de esparcimiento con la familia, existe una gran variedad de opciones, de acuerdo a su ubicación y tipo de público que atraen.
Los
balnearios son una alternativa a la rutina de la ciudad (Foto: alcaldiadeheres) |
El balneario de Orocopiche, por
ejemplo, ubicado a pocos kilómetros de Ciudad
Bolívar, capital del estado, se presenta como un lugar perfecto para
pasarla bien de manera económica y relajada. Las aguas cristalinas que corren por el cauce del río que
lleva su mismo nombre dan la bienvenida a los visitantes, repletas de peces de colores que hacen las delicias de los
bañistas, que pueden confundirse con el ecosistema sin dañarlo como lo hicieron
nuestros antepasados.
Se ofrecen facilidades para que los turistas cocinen, descansen y se diviertan practicando deportes y juegos a orillas del río, siempre manteniendo
el área limpia y cuidada, para que pueda dar la misma alegría a las próximas
generaciones. Otro elemento que atrae a quien se acerca a esta área es la sensación
de seguridad y cuidado
que se respira en el lugar, tan importante para todo aquel que se aleja de casa
buscando nuevas experiencias, muchos en ciudades y países desconocidos.
Vista de
Orocopiche (Foto: tripmondo.com) |
Los ríos Marcela y Orocopiche se encuentran en su nacimiento
dando como resultado uno de los circuitos
de fin de semana más
visitados por los locales, en una franja de casi 90 kilómetros fluviales,
llenos de vegetación, especies
propias de este lugar y fauna autóctona que impresiona por su belleza y
variedad. Esta zona es visitada mayormente, en asuetos como los de carnavales, Semana Santa y las vacaciones escolares de agosto.
La historia de este lugar es también muy rica y
atractiva para quienes gustan de hojear las vivencias y aventuras de los sitios
que visitan, desde su puesta a cargo de los franciscanos observantes misioneros del Orinoco,
hasta la creación del puente
sobre el río en 1941, y desde
la formación de su suelo
milenario, hasta la cruenta
batalla que lleva el nombre
de la localidad, acaecida en 1892.